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Hacer parapente es una actividad ideal para añadirle emoción a un fin de semana o para celebrar un cumpleaños o aniversario, de forma diferente, y con el mundo a tus pies. La experiencia puede ser inolvidable y quizás descubres una pasión por un nuevo deporte.
Muchas personas cuando prueban a realizar un vuelo en parapente quedan totalmente seducidos por la sensación de libertad que proporciona esta disciplina. Algunos repiten actividad o prueban actividades similares como el vuelo en paramotor o parastrike, o incluso van más allá y se lanzan a hacer paracaidismo.
Otros, conectan de tal modo con el vuelo libre que proporciona esta disciplina, que realizan cursos de parapente, a fin de poder volar de manera autónoma, sin instructor. ¿Cuál de los dos perfiles es el tuyo?.
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Para tirarse en parapente se utiliza una aeronave construida únicamente con tela y cuerdas, y que no dispone de ruedas. El perfil de la campana de la aeronave es similar al perfil de la ala de los aviones. Como sucede con los aviones, es este perfil el que a partir de una determinada velocidad le proporciona sustento al artefacto.
Dado que un parapente no dispone de ruedas, el despegue y el aterrizaje se realiza de pie. Para despegar se corre hasta alcanzar una velocidad que permita sostener el vuelo. Por norma general, si no se tiene formación específica en el manejo del parapente, se trata de un vuelo biplaza en el que el pasajero va delante y el piloto detrás.
Es lógico que a la hora de plantearnos realizar una actividad de aventura como es el parapente nos asalten algunas dudas. La primera de ellas es si se trata de una actividad segura.
No vamos a negar que se trata de una actividad con cierto riesgo. Por eso es fundamental que busques entre las empresas que te recomendamos en VayaFiesta, ya que la seguridad de la experiencia depende mucho de la profesionalidad del equipo, así como de la adecuación del equipamiento (aeronave, paracaídas, etc.).
A continuación te resolvemos algunas que dudas que pueden surgirte a la hora de planificar la actividad.
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La principal diferencia entre parapente y paracaídas es el uso al que se destinan. El parapente se utiliza para volar desde una montaña y se planea, en un vuelo libre, tanto rato como sea posible. Mientras que en los saltos en paracaídas, se persigue la sensación de caída libre y la velocidad, dentro de los límites de seguridad.
Esta diferencia en el objetivo de una y otra actividad, ha hecho evolucionar el equipamiento que se utiliza, hasta convertirse en dos aparatos totalmente distintos. Un parapente, por ejemplo, no nos permitiría detener una caída libre, por eso, en los vuelos en parapente, se cuenta siempre con un paracaídas en caso de emergencia.
Por el contrario, un paracaídas no nos permitiría planear. Un parapente avanza 7 metros por cada metro que cae, mientras que para un paracaídas, esta proporción es de 3:1.
Si no tienes formación previa, la aeronave será totalmente manejada por el piloto que te acompañará en un parapente biplaza. No obstante, te explicamos, de forma básica cómo es el manejo del artefacto.
Para manejar el parapente se llevan en las manos dos anillas que están ligadas a la parte trasera del ala. Cuando el piloto baja la mano izquierda, se baja la parte izquierda del borde de fuga del ala. Esto provoca que la parte izquierda de la aeronave se frene y provoque un giro a la izquierda.
Bajo esta lógica, si se tira de las dos anillas al mismo tiempo, el parapente se frena. Y al levantar las manos, la aeronave vuelve a ganar velocidad. El parapente tiene una peculiaridad que no comparte con ninguna otra aeronave, y es que al dejar los mandos, el artefacto se coloca recto y vuela en línea recta. Este hecho lo convierte en la aeronave más fácil de manejar.
Para despegar, se realiza una breve carrera que nos permita tomar velocidad y para aterrizar, nos posamos lentamente en tierra, utilizando los pies.
La altura a la que se puede volar depende del territorio, de su orografía, así como de sus condiciones climáticas y corrientes de aire. Por ejemplo, en los Pirineos es habitual volar entre los 3.500 y 4.000 metros de altura, mientras que en Sierra Nevada se pueden alcanzar alturas de 5.500. Es más, en algunas zonas de Sudáfrica, por ejemplo, lo común es volar a 6.000 metros de altitud.
Pero la auténtica razón por la que los deportistas del parapente se molestan en conseguir estas alturas, es el tiempo que pueden pasar volando. Recuerda que tal y como comentamos anteriormente, el parapente desciende un metro, por cada siete que avanza. Por tanto, mientras a mayor sea la altura a la que se vuele, mayor será la distancia que se puede recorrer.
Evidentemente para alcanzar estas alturas, se requiere de mucha pericia. Los vuelos de principiantes difícilmente superan los cinco o seis kilómetros de recorrido, a no ser que sea con una piloto experto, en un vuelo biplaza.
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Si no has realizado ninguna formación previa no puedes volar solo. Para hacerlo deberás acudir a la escuela de parapente y realizar un curso. Algunos centros ofrecen cursos intensivos y en un par de semanas, y tras diversos vuelos en biplaza, podrás lanzarte a pilotar de manera autónoma.
Si te estás planteando realizar un curso, te recomendamos que busques una escuela que cuente con un club activo de pilotos. Éstos son garantía de la calidad de las escuela, ya que estas agrupaciones se forman a partir de los alumnos que se han ido titulado, y además te aseguras de tener un grupo que te haga una buena acogida y te acompañe y aconseje en las etapas iniciales.
Los vuelos de bautizo suelen durar entre 12 y 15 minutos. Éstos son comunes entre las personas que nunca antes han volado en parapente. No obstante, los centros ofrecen vuelos biplaza de diversa duración, en función del objetivo del mismo. Los vuelos acrobáticos suelen durar entre 30 y 40 minutos, mientras que los destinados a hacer turismo aéreo pueden durar hasta casi una hora.
Para volar en parapente debes considerar que la temperatura desciende aproximadamente un grado por cada 300 metros de altura. A lo anterior, hay que añadir que la velocidad suele ser alrededor de los 40 kilómetros por hora. Por tanto, es aconsejable abrigarse, aunque sea en verano.
Obviamente, en la época estival, y sobre todo si el vuelo se realiza en las horas de más calor, una chaqueta cortavientos es suficiente. Pero durante el invierno la ropa de abrigo, así como los guantes, son imprescindibles.
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A lo largo de toda España existen numerosos espacios, que por sus condiciones atmosféricas o por orografía, son ideales para practicar este deporte. En VayaFiesta hemos seleccionado las compañías que ofrecen actividades de vuelo libre en las principales ciudades españolas.
Busca la tuya y ¡atrévete a probar una actividad que es apta para todo tipo de público!.
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